lunes, 29 de septiembre de 2014

Poesía de auto(e)moción.


Necesito ya de un semáforo para mi mente, 
Un stop dirigido a los pensamientos errantes y
un ceda para aquellas palabras malsonantes.

También 
     requeriré de un chaleco reflectante
     (para destacar ante las demás) 
y para que no me olvides rellenaré 
un parte amistoso de accidente. 
que después, habrá que firmar.

Apenas golpearé tu coche, sólo será un rasguño
una pequeña cicatriz en la parte delantera de tu alma.
Y después, que el seguro corra con los gastos.... ¡en una maratón!,
 para ver quien es el más rápido de los dos.
Quien pierda paga. Valga la estupidez de mis palabras.

Quedaremos bajo la gran nube de humo azul,
Junto al tintineo constante y sonoro del tubo de escape.
Allí bailaremos.
El maletero estará abierto como si de nuestro futuro se tratase,
Y entonces, sólo entonces. Nos besaremos.
Pero siempre con el cinturón de seguridad reglamentario, 
rodeando nuestros ingenuos corazones. 









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