jueves, 2 de junio de 2016

Reflexiones I

Me producía tristeza tirar esos calcetines sin pareja, llevan meses, quizá años, esperando.
Esperando sin saber siquiera si podrán volverse a ver, a saber en qué rincón olvidado habrán llegado.
Si estarán en algún pie, que poco respeta la igualdad entre ellos, en algún festival, en casa de un amigo roídos y llenos de pelos, en casa de tu antigua pareja o en la casa de su nueva novia. Puede también que estén atrapados en algún lugar oscuro, secreto y tridimensional de la lavadora en el que permanecerán de por vida.

Aunque si lo pienso detenidamente quizás que se perdiera su semejante resultó ser una bendición, puede que no se llevaran bien y que fuera un infierno tener que pasar los días juntos en una esfera ovalada y realmente estrecha.  Después de todo, pasar tanto tiempo juntos estando con alguien, exactamente igual a ti, puede resultar agotador.


















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