sin querer,
desprevenida,
me he llorado encima.
y para colmo a veces
no me aguanto,
ni a mí,
ni en pie,
ni las ganas.
de correr y gritar
de marcharme y olvidar.
ye! que me rindo
os regalo mis versos
quizás os los canjeen
en algún convento
que tengo convenio,
que rezo a mi padre,
que desde arriba
o desde abajo
me dice,
aguanta pequeña.
que eso está hecho.
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